Familiares del pequeño tuvieron que declarar después del entierro ante funcionarios del Cicpc. El dueño de la bodega lo había hecho el miércoles, cuando iniciaron las investigaciones para dar con el origen del tubérculo venenoso.
“No vivimos en pobreza extrema. Tenemos necesidades, pero en nuestra familias hay hombres que trabajan día a día para traer el sustento. Ese día, lo que había para cenar era yuca y él simplemente tenía hambre, al igual que los otros niños. Nunca imaginamos que pasaría esta tragedia, estamos devastados”, dijo Eglis Díaz, prima del menor de cuatro años que falleció el miércoles 18 de enero en Barquisimeto.
El acta de defunción dice que tuvo “deficiencia generalizada de todos los órganos vitales, producto de una intoxicación por yuca amarga”, lo que le produjo convulsiones y un paro cardíaco fulminante, confirmó Díaz.
El sepelio se realizó el viernes, luego del velorio que realizaron en su propio hogar, en la urbanización El Jebe de Barquisimeto. Agradeció a los entes gubernamentales que cubrieron los gastos fúnebres.
“Las personas que trabajan con la almiranta Carmen Meléndez nos llamaron y estuvieron pendientes. Se lo agradecemos, aunque no somos simpatizantes del Gobierno. Hubiésemos querido la ayuda antes de esta tragedia”, lamentó Díaz.
“El Cicpc se llevó los 19 kilos de yuca que quedaban en la bodega para las investigaciones, supuestamente ya saben de donde provino, parece que fue de Táchira”, contó Díaz, quien corroboró que el bodeguero lleva muchos años en la zona, con su negocio, y nunca antes habían tenido problemas.
Las investigaciones continúan en este caso que además se extendió a otros siete menores, quienes tuvieron que ser ingresados al Hospital Universitario Pediátrico Agustín Zubillaga (Hupaz), todos ellos primos, además de cuatro adultos de la familia Chirinos Arriechi. Doce personas intoxicadas en total.
Alertar a la población
“Un señor de buen corazón pasó, nos vio y retrocedió para preguntarnos qué pasaba. El fue quien llevó a mi tía con el niño al Hospital”, contó Díaz. El niño era el menor de seis hijos, los hermanos mayores son adultos y casi todos trabajan.
En la madrugada del miércoles, aproximadamente a la 1:30, el pequeño de cuatro años comenzó a sentirse mal, primero con mareos y luego vómitos. En vista de que no había mejoría, los padres y otros familiares del niño salieron a la calle a pedir auxilio para trasladarlo al Hospital Pediátrico, porque el único vehículo que había está parado por falta de repuestos.
“Por ser el menor de la familia, todos estaban pendientes de él, aún no tenía la edad para entrar a la escuela y nunca estuvo en guardería. Su mamá lo cuidaba, era un niño sano”, dijo su prima, versión que confirmaron los pediatras del Hupaz, quienes aclararon que era un niño bien atendido y sin ningún síntoma de desnutrición.
Eglis Díaz pide mayor atención a la Ministra de Salud y al resto de las autoridades sanitarias, porque la muerte del menor Chirinos Arriechi, y de las otras 10 personas que han fallecido en el país por consumir yuca amarga, se han podido evitar.
“Hace falta mayor información, sobre todo en este momento que por la escasez de alimentos las familias están buscando con qué sustituir las comidas. Me dijeron que también han fallecido personas por comer masa de maíz contaminado. Esto no puede ser”, insistió.
Vía: El Pitazo