La ejecución de "El Diablo Suelto" por parte de Alí López no solo es un acto de habilidad técnica, sino también una celebración de su vitalidad
En la sinfonía de la vida, hay quienes desafían el paso del tiempo con la armonía de sus notas y la maestría de sus manos. Recientemente, Alí López, radicado en Chile actualmente, pero un maestro tecladista que pasó por varios grupos exitosos musicales como: Los Cuervos de lagunillas (gaitas); Los Compadres del éxito (gaitas); además de tener sus propios grupos bailables, incluyendo una larga trayectoria como pianista tecladista en tascas y sitios de alto nivel con música instrumental y como cantante; posteriormente pasó a tomar parte de la agrupación bailable de los Reyes en Maracaibo, donde gravó 9 LP.
Al llegar a la villa formó parte del grupo los Yukpas de San Ignacio donde grabó un LP. Al final ya un poco más avanzado de edad, formó junto a Pedro Luis Peña, Reynaldo Reyes y José Gregorio Hernández, el grupo los Homólogos… Alí López, un virtuoso del piano, personifica este espíritu inquebrantable que trasciende las barreras del tiempo y la edad.
En un mundo donde la juventud es idolatrada y la vejez a menudo relegada al olvido, López emerge como un faro de inspiración para aquellos que han atravesado el umbral de los ochenta años, demostrando que la pasión por la música y el compromiso con la práctica pueden ser fuentes inagotables de vitalidad y rejuvenecimiento.
El fulgor de la vida de Alí López se manifiesta en su ejecución magistral del tema "El Diablo Suelto", una composición venezolana que exige no solo habilidad técnica, sino también una profunda conexión emocional con la música misma. A través de las teclas del piano, López teje una narrativa sonora que encarna la esencia misma de la pasión y el virtuosismo. Una nota interesante es que en el año 1965 grabó el Cuatro, en la gaita “Los patinadores” cantando Enrique Gotera.
En el video que captura su interpretación, se revela la fluidez y precisión de sus movimientos, cada nota es un testimonio de años de dedicación y amor por el arte musical. Es un recordatorio elocuente de que la práctica constante y la búsqueda incansable de la excelencia son las piedras angulares sobre las cuales se construye la grandeza musical.
La ejecución de "El Diablo Suelto" por parte de Alí López no solo es un acto de habilidad técnica, sino también una celebración de la vitalidad y la perseverancia en la edad dorada. Es un testimonio vivo de que la música no conoce límites ni restricciones, y que el alma artística puede seguir ardiendo con intensidad incluso cuando el cuerpo se encuentra en las etapas más avanzadas de la vida.
Desde una perspectiva teórica, investigadores como Susan Hallam, en su obra "Music Psychology in Education", han explorado los efectos positivos de la práctica musical en la salud física y mental de las personas mayores. Hallam sostiene que la música no solo estimula áreas clave del cerebro, sino que también puede mejorar la función cognitiva y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
En un contexto más amplio, la obra de López también se inscribe en el marco de una bibliografía cada vez más relevante sobre el poder transformador de la música en la vida de las personas mayores. Autores como Lisa Davidson, en su libro "Music and the Aging Brain", han abordado este tema con profundidad, destacando cómo la práctica musical puede promover el bienestar emocional y social, así como también proporcionar un sentido renovado de propósito y significado en la vida.
En última instancia, la interpretación magistral de "El Diablo Suelto" por parte de Alí López es más que una exhibición de talento musical; es un testimonio conmovedor de la capacidad del ser humano para trascender las limitaciones del tiempo y la edad a través del poder transformador de la música. En un mundo que a menudo descarta a los ancianos como irrelevantes, López nos recuerda que la verdadera grandeza no conoce límites y que el alma creativa puede florecer en cualquier etapa de la vida. Su música perdurará como un legado eterno, una melodía de esperanza y inspiración para las generaciones venideras.
Entre tanto, en el telar de la vida, Alí López, ya a sus 80 años ha tejido una melodía que trasciende el mero sonido de las notas; es un himno a la pasión musical, un tributo al amor inquebrantable por su tierra y su gente. A lo largo de su trayectoria desde la Costa Oriental del Lago, Maracaibo y La Villa del Rosario, ha sido más que un virtuoso del piano; ha sido un guardián de la tradición, y ahora un embajador de la diáspora venezolana y un símbolo de la resiliencia humana.
Su conexión con la música va más allá de la ejecución magistral de las teclas; es una expresión profunda de su identidad y su historia. Desde las vibrantes calles de Venezuela hasta los rincones más recónditos del sur latinoamericano, Alí López ha llevado consigo el espíritu de la Villa del Rosario, manteniendo viva la llama de su herencia cultural.
En su compromiso con la música y su amor por los suyos, López ha sido un faro de inspiración para quienes lo rodean. Su presencia en la escena musical, ya sea acompañando al Dr. Evangelista Rincón López, en el recordado Restaurant Club La Cabaña, en los escenarios más emblemáticos o cautivando al público con su interpretación magistral del "Tico-Tico", es un testimonio elocuente de su dedicación y maestría.
En este 302 aniversario de la Villa del Rosario, rendimos homenaje a Alí López, un hijo valiente de estas tierras zulianas, cuya música resuena en cada rincón de la historia. Que su legado perdure como un recordatorio eterno de la belleza y la fuerza de la identidad rosarense, y que su pasión por la música continúe inspirando a las generaciones venideras. HONOR A QUIEN HONOR MERECE, y en el corazón de nuestra villa, el nombre de Alí López será siempre sinónimo de grandeza y orgullo.
Criaturas…!
Por: Félix TICO Goidas (2024)
.jpg)
