Juan Pablo Guanipa; "El referéndum revocatorio, dejó de ser una propuesta de la oposición, para convertirse en un anhelo popular".
Desde el día 15 de febrero de este año, cuando propusimos la realización de un referendo revocatorio con la finalidad de ponerle punto final a este gobierno que inició Hugo Chávez y que ha continuado Nicolás Maduro, comenzaron a surgir voces que daban poca credibilidad a esta posibilidad.
A pesar de las diferencias, naturales por demás, en el seno de la Mesa de la Unidad Democrática, el revocatorio fue tomando cuerpo hasta que se convirtió en la herramienta más importante para dar fin a un gobierno que ha sometido a la población venezolana a una de sus crisis más profundas.
El referéndum, entonces, dejó de ser una propuesta de la oposición, para convertirse en un anhelo popular.
La posición del gobierno es lógica si hacemos abstracción de los principios y valores democráticos. Pero si nos sometemos a la Constitución y a las leyes, si somos rigurosamente institucionales, los poderes públicos, especialmente el electoral, deberían facilitar el proceso hacia el revocatorio y es obvio que han hecho todo lo contrario.
La actuación del CNE raya en la indecencia, en la vulgaridad, en la humillación al pueblo elector.
Las señoras que lo conducen han sobrepasado todos los límites que dicta la sensatez. Y todo esto porque para los poderes públicos el objetivo fundamental es mantener a Maduro en el poder, aunque todos sepamos que es un incompetente y que gobierna el más corrompido de todos los poderes ejecutivos que hayamos tenido en Venezuela.
El poder se convirtió en un fin en sí mismo y el bienestar de la población, objetivo de cualquier gestión pública, pasó a un último plano.
Si todo esto está claro, no tiene nada de novedosa la información que suministra el periodista Nelson Bocaranda, según la cual “órdenes de arriba” impiden el revocatorio. Lo que me parece una temeridad es que el amigo periodista concluya, que por la información que recibió de su fuente secreta gubernamental, es definitivo que el referendo no va en 2016.
Es tan temeraria esa frase como la que afirme que el revocatorio va porque si, porque es un derecho constitucional y los derechos se ejercen y punto.
La política como la sociedad es dinámica, no hay fotografías inamovibles. Lo que vivimos es una tensión entre dos fuerzas y nos corresponde dar la pelea para que la nuestra, democráticamente, se imponga sobre la que intenta desconocer la decisión del pueblo manifestada tanto el 6 de diciembre como el primero de septiembre.
Lo adecuado para nosotros es no detenernos, no dejarnos influir por el pesimismo, seguir luchando denodadamente para que este país vea la luz de una solución pacífica y electoral como es el referendo revocatorio.
Lo adecuado para nosotros es no detenernos, no dejarnos influir por el pesimismo, seguir luchando denodadamente para que este país vea la luz de una solución pacífica y electoral como es el referendo revocatorio.
En este momento tenemos que concentrarnos en la recolección del 20% de las manifestaciones de voluntad.
Las señoras del CNE presentan condiciones inaceptables en cuanto al número y ubicación de centros, así como el número de máquinas.
- Plantean el número mínimo posible para lograr estrictamente el 20%, negando este derecho al 100% de los electores quienes tenemos la libertad de decidir si vamos o no a ese proceso.
- Plantean, además, repetir el oprobio de la validación del 1%, colocando los centros más remotos y con menos electores, para hacer difícil el cumplimiento de la meta.
- Y a su vez exigen que se cumpla el 20% en cada estado, irrespetando la constitución nacional que claramente establece que el 20% son electores inscritos en la correspondiente circunscripción y en el caso de la presidencia, la circunscripción es el país.
Así que nos corresponde dar la lucha cívica para que haya condiciones dignas y para que, en cualquier circunstancia, logremos ese 20% y luego ejerzamos más presión pacífica y popular para que se realice el RR antes del 10 de enero.
Claro que no es fácil la concreción de nuestros objetivos, pero vamos a luchar con todo para lograr un resultado favorable. El juego social y político está vivo.