"En años anteriores ya para esta época no me quedaba nada, pero este año ha sido duro", comentan los vendedores.
Las tradiciones para despedir el año se tambalean frente a la crisis económica del país. Usar una prenda íntima color amarillo o estrenar ropa, quedaron en el pasado para los zulianos. En el casco central de la ciudad los buhoneros repiten sin cesar: "las ventas están muy malas".
Orlando Quiñónez, buhonero del Paseo Ciencias desde hace más de una década, dijo que las ventas de las prendas amarillas han bajado un 80 por ciento. "En años anteriores ya para esta época no me quedaba nada, pero este año ha sido duro".
La creencia popular es que la lencería amarilla traerá prosperidad para el año venidero. Roxana Argüelles, compradora, dijo que por más que lo desee su capacidad económica no le alcanza para cumplir con la tradición esta Navidad.
El comercio informal vende en tres mil 500 bolívares los sostenes y dos mil 500 las pantaletas. Sin embargo, hay quienes se las ingenian y venden el combo: cachetero, hilo y sostén amarillo en seis mil bolívares. Claudio Morales contó que "las mujeres de la casa" se quedaron sin prendas amarillas este año y menos pensar en las 12 uvas, las arvejas o los estrenos. "Ni mis hijas ni mi esposa se pondrán nada amarillo", confesó el vendedor mata ratas confesando que él también se ponía ropa interior del mismo color.
Las frutas tampoco
Sugey Fuenmayor, vendedora de frutas, comentó que la lechosa verde, la piña y la mandarina son las frutas que está llevando la gente a sus casas. "Las uvas están muy caras, por eso la gente opta por otras frutas que dan prosperidad y para el dulce".
Alí Adarfio, dueño de la casa astrológica del casco central, comentó que la gente llegan a su tienda buscando "baños para la casa" que traigan la tan anhelada prosperidad. Incienso, estoraque, sahumerio y un velón naranja sirven para limpiar la casa, mientras que las esencias de prosperidad, dinero y amor siguen siendo las más vendidas, aunque las ventas de estos rubros bajó 30 por ciento en este 2016.
Vía: La Verdad