Funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana en Machiques justifican el retraso en la recuperación de los animales sustraídos, "porque esperan ordenes del alto mando".
Burocracia. Esperar instrucción. La orden está cuajada en el alto mando. Así resumen los productores afectados por al robo de ganado en Machiques de Perijá la lentitud del accionar de la Guardia Nacional Bolivariana para recuperar, en las adyacencias de la zona de Cuesta del Padre, las más de 300 reses hurtadas, en la madrugada del sábado, de las fincas El Provenir, Arenales y Bella Vista.
Ayer al mediodía, Regino Meza, propietario de Bella Vista, lamentó que a 24 horas de la incursión de desconocidos en su finca, las autoridades de la Guardia Nacional esperen por órdenes “superiores” para atender el delito y ejecutar un operativo hacia la zona de demarcación indígena, donde Fegalago y Gadema acusan presencia de insurgentes y complicidad de indígenas.
Meza relata que el comandante de
Machiques “es bastante receptivo pero no depende de él”. Las trabas oficiales
impiden la actuación legal. Precisó que el robo de “44 novillas ‘entoradas’
inseminadas serían para el ordeño. Se me llevaron lo poquito que tenía para
comenzar a producir leche en unos meses. El año pasado también robaron 100
reses. Esto ya es un trabajo de resistencia que tenemos los productores. Es un
desánimo porque todo está en contra”, acusa.
Los delincuentes cargaron con 100
reses más del predio El Porvenir, donde caerá el ordeño por debajo de 800
litros diarios por las pérdidas. “Se llevaron los caballos porque con esos
arrearon el ganado, aparentemente lo subieron (hacia la Sierra)”, aseguró Luis
Torres, propietario, quien cuestionó formular la denuncia en los cuerpos de
seguridad. “Hay muchos animales robados. Estamos desesperados, locos. Ponen los
ojos en los alimentos y nos roban y todo el mundo sabe y nadie hace nada”,
criticó.
Hernando Velazco, dueño de
Arenales, coordinó con los trabajadores la búsqueda de 198 mautas y novillas
que destinaría a inseminación para producción de leche. En la mañana de ayer
conoció que cerca de 40 cabezas estaban de regreso, “pero tengo cerca de 166
perdidos que nos imaginamos están en manos de yucpas y gente de la zona”.
Ante la GNB presentó la denuncia
de hurto de semovientes de los potreros donde cría las hembras para el
reemplazo. Aseguró que en la zona aumentó el abigeato. Por primera vez le tocó
padecer lo que el resto de sus vecinos.
Yasmin Ojeda/La Verdad